Visita principesca a Bogotá

Los príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia estuvieron de visita en nuestro país, y declararon al final que "admiraban la pujanza de los colombianos". Esto no tiene nada de sorprendente, si bien la vida en Bogotá es un parto...

Bogotá no alcanza al metro...

... porque la presidencia aprobó (ante la enorme sonrisa de nuestro alcalde) un presupuesto insuficente para la construcción del metro para la ciudad, que debe ir acompañado de la integración del sistema de transporte público y la construcción del tren de cercanías. Bogotá no alcanza al metro, Bogotá es un enano...

Las calles de Bogotá

Bogotá y la rumba 24 horas

Creyeron que de verdad podían prohibir la rumba 24 horas en Bogotá y de pronto se dieron cuenta de que cuando uno prohibe algo la gente sigue haciéndolo...

¡¡LLEGÓ EL INVIERNO!! parte 2

¡¡LLEGÓ EL INVIERNO!! parte 1

¡¡No seamos tan negativos!!

Esta fue para rescatar los logros de la alcaldía, o no...

Las Relaciones entre DMG y la Alcaldía

¡Ay, los jóvenes!

LA ATENAS SUDAMERICANA

...o lo que queda de ella.

¡¡¡DESOBEDIENCIA CIVIL EN BOGOTÁ!!!!

Esta es una sobre el revuelo que se armó por la decisión de la alcaldía de imponer la restricción a los carros particulares durante 14 horas, dos días a la semana.

La policía tiene por oficio prender gente...

... o por lo menos pensaría uno eso, pero no en el sentido amplísimo de la palabra. Unos policías, al interior de una estación de policía, quemaron con gasolina a unos jovencitos que cogieron por fuera de las horas reglamentarias del "toque de queda" que nuestro alcalde impuso para los menores de edad, debido a que un adolescente borracho que no se quiso dejar atracar fue asesinado por un indigente. Es posible que no les parezca que esta medida guarda relación alguna con la medida tomada, y yo estaré de acuerdo con ustedes, porque nada tiene que ver una cosa con la otra, y en Bogotá al parecer siempre es peor el remedio que la enfermedad.

TransMilenio: nuevas formas de aceso

Esta es la primera tira cómica que publiqué en El Espectador. El copy es de Fernando Araújo y Santiago Larotta, basado en una historia de la vida real.